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Todos hemos aprendido en la escuela que un diptongo es un grupo
de dos vocales distintas y contiguas que se pronuncian en una sola
sílaba (en un solo golpe de voz, solían decirnos). Para quienes así lo
aprendimos, la palabra jesuita tenía cuatro sílabas; la palabra huir, dos; la palabra dual, dos; la palabra fluir, dos; la palabra piano, tres; y la palabra jesuitico, cinco, por poner solo unos pocos ejemplos. Y, por supuesto, tanto la palabra guion como la palabra truhan eran bisílabas.
¿Por qué ha caído como una bomba el hecho de que en la Ortografía de la lengua española, publicada el pasado mes de diciembre, pueda leerse que «la duplicidad acentual en casos como el de guion/guión, truhan/truhán
y similares (...) responde a la consideración de monosílabas o
bisílabas de estas palabras según se articule como diptongo o como hiato
la secuencia vocálica que contienen»?
El argumento fundamental que subyace en este apartado de la nueva
ortografía académica (capítulo II) es mantener claramente la distinción
entre diptongos prosódicos (que solo se consideran a efectos de
pronunciación) y diptongos ortográficos (que son los únicos que se
tendrán en cuenta a efectos de la acentuación gráfica). De acuerdo con
esta distinción, en la palabras huir, dual, fluir, guion y truhan no hay diptongo prosódico (se pronuncian en dos sílabas) y sí hay, en cambio, diptongo ortográfico.
Para preservar el principio de que no existan variantes gráficas
acentuales que no respondan a cambios en la vocal tónica de las
palabras, la RAE ha considerado necesario establecer unas convenciones
(sí, convenciones, arbitrarias si ustedes quieren, pero necesarias para
mantener el principio de unidad ortográfica) que determinan qué
secuencias vocálicas han de considerarse siempre diptongos y cuáles
siempre hiatos a efectos de acentuación gráfica, con independencia de la
pronunciación.
A efectos ortográficos se considera que hay diptongo: a) cuando se
suceden una vocal abierta y una cerrada átona, o viceversa; y b) cuando
aparecen dos vocales cerradas distintas. Las vocales abiertas son <a,
e, o>, y las cerradas <i, u>. Por tanto, las posibilidades
combinatorias son las siguientes: ai, au, ei, eu, oi, ou (vocal abierta +
vocal cerrada átona); ia, ie, io, ua, ue, uo (vocal cerrada átona +
vocal abierta); iu, ui (dos vocales cerradas).
Como todas las sílabas de una palabra, la sílaba con diptongo puede ser
tónica o átona. La sílaba tónica tiene acento de intensidad relevante o
acento prosódico y la átona se pronuncia sin acento de intensidad
relevante. En la palabra libro, por ejemplo, la sílaba ‘li’ es tónica, mientras que la sílaba ‘bro’ es átona. En las sílabas con diptongo ocurre lo mismo: en actual, ‘tual’ es la tónica; en huésped, la tónica es ‘hués’; en puerta, ‘puer’ es la tónica; en ingenuo, ‘nuo’ es átona; en paisaje, ‘pai’ es átona.
Una vez identificadas las sílabas con diptongo, tanto tónicas como
átonas, es importante señalar que solo pueden llevar tilde las sílabas
tónicas.
¿Cuáles son las reglas de acentuación para los diptongos? Las palabras
con diptongo se acentúan siguiendo las reglas generales de acentuación.
Así, por ejemplo, no llevan tilde pie, vio, truhan, guion (por ser palabras monosílabas); ni peine, puerta, viaje (por ser palabras llanas terminadas en vocal); ni actual, infiel, facial (por ser palabras agudas que no terminan en vocal, en n o en s). Y sí la llevan hacéis, canción, tardáis, paipái (por ser palabras agudas terminadas en vocal, en n o en s); muéstralo, cuídalo, lingüística (por ser palabras esdrújulas); huésped, Huéscar (por ser palabras llanas que no terminan en vocal, en n o en s).
¿Dónde se coloca la tilde en una sílaba con diptongo? ¿En qué vocal de las dos recae el acento gráfico?
En los diptongos tónicos formados por vocal cerrada átona + vocal
abierta y por vocal abierta + vocal cerrada átona, la tilde (si hay que
ponerla) recae siempre sobre la vocal abierta. Si colocamos la tilde
sobre la vocal cerrada (i, u), el diptongo se deshace y se forma un
hiato (Ma–rí–a, la–úd, grú–a, etcétera).
En los diptongos tónicos formados por dos vocales cerradas, la tilde (en
el caso de que haya que ponerla, como en ‘acuífero’) se coloca siempre
sobre la segunda vocal.
Aunque a veces se pronuncien las vocales <ui> y <iu> como
hiato (es decir, cada vocal formando parte de una sílaba), acabamos de
ver que la RAE considera que son diptongos a efectos de colocación de la
tilde. Es el caso de jesuita (que puede pronunciarse como je–su–i–ta o je–sui–ta), de diurno (di–ur–no / diur–no), de fluido (flu–i–do / flui–do) o de los participios terminados en ‘–ido’ (concluido, constituido, incluido,
etcétera). Insistimos en que estas palabras, a efectos ortográficos,
son llanas y, como terminan en vocal, no llevan tilde. Con este tipo de
casos es con el que hay que tener especial cuidado porque la
articulación de estas vocales cerradas como hiato induce al hablante a
colocar una tilde automática para marcarlo.
Fuente: elcastellano.elnortedecastilla.es